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Fuimos 14 personas. Un grupo al que hay que felicitar por su comportamiento y actitud. La carga era pesada y la nieve al final no permitió terminar la faena. Nos quedamos a medio camino pero satisfechos por haberlo intentado.

Esta es la crónica de uno de los componentes del grupo.

Ayer nos sorprendieron las primeras nieves del otoño, en el día que teníamos planeado subir a instalar la nueva puerta del Refugio del Caballo, en el Valle del Río Lanjarón en Sierra Nevada.

El punto de encuentro fue a la entrada de Nigüelas a las siete de la mañana; a la convocatoria realizada por la plataforma Acción Sierra Nevada acudieron catorce montañeros de diferentes asociaciones, empresas dedicadas al montañismo y de diferentes clubs de montaña, así como personas a título individual que no pertenecen a ninguna asociación ni club montañero o senderista como es mi caso personal. También asistieron con su supervisión, dos guardas del Parque Nacional, que nos acompañaron durante un rato.

El día amaneció bien, pero al poco rato de empezar la marcha desde donde dejamos los vehículos, empezó a brusquear. Después empezó a caer granizo con abundante aparato eléctrico, Los truenos y relámpagos nos sorprendieron a mitad de camino al Caballo, por la Rinconada de Nigüelas por lo que rápidamente abandonamos todo el material metálico muy conductivo ante la caída de un rayo que lo pudiera atraer. Durante un momento, sentimos el peligro de la tormenta refugiándonos debajo de un tajo, (tengo entendido que tampoco es recomendable hacerlo en estos casos). Durante unos diez minutos estuvo granizando en lo que poco después se convirtió en nevada.

Los truenos se alejaban pero la nieve continuaba cayendo. Además se formó una capa de nieve encima del granizo en el suelo, que la hacía muy resbaladiza y peligrosa por lo que desistimos en nuestro intento de seguir, y tras una pequeña e improvisada asamblea, acordamos no continuar. Así que nos dimos la vuelta. (Con una puerta metálica y una tormenta eléctrica y sin tener donde refugiarse ante la caída de un rayo, no es plan y pegando resbalones en la nieve con el material a cuestas, tampoco).

Una vez en Nigüelas, un sol brillante invitaba a una cerveza en el bar de la entrada del pueblo. Otro día, tenemos que terminar de subir la puerta hasta el refugio y pillarla antes de que entre el invierno y ya sea imposible realizar el trabajo hasta que se retiren las nieves. Todo apunta a que será el domingo que viene, día 30 de Octubre; por lo que desde aquí hago una llamada a colaborar en la subida de la puerta; catorce personas éramos insuficientes para ir turnádose, pues no sólo había que transportar las hojas y el marco por separado, sino que también había que portear un pequeño grupo electrógeno y herramientas necesarias para realizar la tarea. Incluso unos pequeños taburetes para dejarlos en el Refugio… Así que ¡toda ayuda es poca!

Fuente: http://www.badaje.com

 

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